Desde muy pequeño empecé, sin saberlo, mi formación como cocinero. Me gustaba cocinar y el buen comer. Cuando mi madre cocinaba, y me lo permitía, le ayudaba a preparar y elaborar platos tradicionales, basados en aquellas recetas que se transmiten de generación en generación.
Más tarde, con el transcurso de los años, me formo profesionalmente en la Escuela de Cocina y completo mi formación tanto en España, donde tengo la suerte de trabajar con grandes chefs, como en Inglaterra y Méjico.
A lo largo del camino, lo que comenzó como una habilidad o capricho infantil, se ha convertido en el estandarte de mi vida. He aprendido a amar la cocina y respetarla al máximo, consciente de que la excelencia requiere tiempo y mimo.
Y es en este punto, donde comienzo mi proyecto de forma individual, intentando demostrar día tras día el espíritu de superación y entrega que se ha convertido en mi razón de ser.
Desde aquí, mi agradecimiento a todas aquellas personas que creyeron en mí sin adulaciones, y también a aquellas otras que a través de sus críticas consiguieron que mi tesón y esfuerzo fuera cada día mayor.
Gracias a todos.